La terapia filosófica (aka asesoramiento filosófico) es una disciplina emergente cuyo objetivo es utilizar el método científico para abordar problemas personales, existenciales y éticos en personas que no tienen una patología psíquica. Su enfoque se centra en explorar cuestiones relacionadas con el sentido de la vida, los valores personales, los dilemas éticos y la autocomprensión.
Para ello utiliza métodos y técnicas características de la filosofía:
Diálogo profundo y estructurado que guía al cliente hacia una mayor claridad y entendimiento de sus creencias y valores.
Análisis de los conceptos clave que el cliente utiliza para describir sus problemas.
Lógica para evaluar la coherencia y consistencia de las creencias y pensamientos, identificando contradicciones y falacias.
Reflexión profunda sobre cuestiones existenciales, morales y éticas.
Su utilidad es clave en múltiples situaciones, tales como, crisis existenciales, para encontrar sentido y propósito en momentos de duda; conflictos de valores, para explorar lo que es moral o éticamente correcto; y toma de decisiones, brindando un marco estructurado para evaluar críticamente las opciones. Sus beneficios son proporcionales: claridad mental, reducción de estrés, autoconocimiento, coherencia, ética y sentido de la vida.